Antje Klippstein es profesora de alemán en Loga Idiomas desde 2015 y cree que cualquier persona puede aprender un nuevo idioma. Lo primero que hace con sus estudiantes es quitarles el miedo y les pone a jugar. También recomienda imitar los acentos y entrenar mucho: “Es como cualquier deporte, nadie lo aprende viéndolo solo por la tele”. Con estas recetas consiguió imprimir una comunicación fluida con un grupo de fontaneros y electricistas españoles al que estuvo formando para trabajar en Alemania. Una experiencia gratificante que recuerda con muchísimo cariño.
¿Cuándo y por qué llegaste a Valencia?
Llegué a Valencia en 2011, después de siete años en Sevilla y en busca de un cambio profesional y personal.
¿Qué era por aquel entonces lo que más te sorprendía en el día a día?
Afortunadamente, antes de llegar a España ya sabía algo de español después de haberlo estudiado en la universidad. Lo que más me sorprendió al instalarme fue la costumbre de comer de pie en los bares. Me parecía de locos ver cómo se iban llenando los bares y nadie, excepto yo, se agobiaba. Con el tiempo he aprendido a apreciar ese ambiente con todos balanceando sus cervezas y sus tapas.
¿Cumples algún tópico alemán?
Una vez al año mis amigas y yo nos vestimos con el traje típico y celebramos el Oktoberfest en Calpe. Se ha convertido en una tradición y cada vez se unen también más españoles a nuestro grupo… ¡lo pasamos genial! Lo más gracioso es que es una fiesta que nunca celebraba cuando vivía en Alemania.
¿Siempre te has dedicado a la docencia o has tenido otros trabajos?
Trabajé durante un corto periodo de tiempo como traductora, la carrera que estudié. Después de aquello trabajé ocho años en empresas de exportación de frutas y verduras. En ambos sectores desarrollé herramientas que aplico en mi profesión actual, la docencia. Como traductora he comprendido la función esencial de los idiomas: transmitir un mensaje sin entenderlo exclusivamente como un conjunto de palabras y normas gramaticales. En las empresas de exportación aprendí a tratar con diferentes personas, cada una con su cultura, mentalidad, educación e idioma. En mis clases es muy importante la adaptación a grupos y alumnos diversos.
Antes de trabajar con Loga Idiomas, ¿fuiste docente en otros países o ciudades?
¡Apenas tenía experiencia! De hecho, agradezco mucho la oportunidad que me brindaron y la confianza que han depositado en mí. En Loga Idiomas he crecido como profesora y siempre he tenido apoyo profesional y personal.
De tu experiencia aprendiendo español, ¿aplicas trucos en tus clases para que tu alumnado aprenda?
Les recomiendo que escuchen e imiten. Yo imitaba tanto a mi entorno que, en poco tiempo, adquirí un acento muy gracioso que era una mezcla entre andaluz y alemán.
¿Qué características o tópicos suelen cumplirse entre tus estudiantes?
Suelen pensar que el alemán es muy complicado y tienen miedo. Lo primero que intento es quitárselo y desmitificar esa creencia.
¿En qué evoluciona más rápido tu alumnado?
Eso depende mucho de cada persona y de su manera de aprender y estudiar, su motivación y las ganas de comprometerse con el aprendizaje del idioma.
Enumera tres características de tu método de enseñanza.
- Gamificación: incluyo el juego siempre que puedo porque está comprobado que se aprende mejor en los momentos en que uno siente emoción o alegría.
- Trabajo en grupo: animo a mis alumnos a buscar soluciones propias en pequeños grupos de trabajo, para reforzar que sean autosuficientes en el estudio.
- No renunciar a la lengua materna del alumno y otros idiomas extranjeros. Las comparaciones lingüísticas me resultan muy útiles para aprender conceptos nuevos, como la gramática alemana.
¿Cuáles son para ti las cualidades imprescindibles para aprender un idioma?
Intento que las clases sean amenas, participativas y enseñar algo de la cultura que lo rodea, además del idioma en sí mismo.
¿Cuáles son para ti las cualidades imprescindibles para aprender un idioma?
Ninguna, en realidad todas las personas hemos aprendido un idioma: nuestra lengua materna. Así que nada nos impide aprender otro. Eso sí, los idiomas son como el deporte, hay que practicarlo y entrenarlo a menudo, porque solo viéndolo en la tele no aprendemos a jugar.
¿Qué profesión de tu alumnado te ha sorprendido más?
Tengo mucho cariño y admiración por los grupos de fontaneros y electricistas que se preparaban para vivir y trabajar en Alemania. Fueron clases muy intensas, de muchas horas, trabajo, frustración dudas y emociones. Ellos aprendieron muchísimo en poco tiempo y yo también aprendí mucho de ellos.